¿Estado de derecho o Estado de Derechas?


El espectáculo está servido. Los simulacros se despliegan por doquier. Una versión rancia de “Verano Azul” en una ciudad sin playas. Libertad de mierda para el pobre desgraciado que se dejó llevar por esos teatrillos. Ante esto, ¿no será que (pensando optimistamente) aquel votante del PP o de Vox sea más conservador que esos fascistas? Me explico (y justifico así el título).

Yendo al grano, no creo que la gente sea estúpida y vote en su contra. No creo que reine una pulsión tanática que, como en la Odisea o en las organizaciones vikingas o las mafias italianas (y sus sucedáneos contemporáneos), rija el comportamiento siguiendo la ley de la violencia, el más fuerte. Esto supone tirar abajo la teoría del postureo del mal que asumen ciertos votantes al guiarse por el descontento de vete-a-saber-qué fantasmadas o verdades. El classic voto de castigo (baño simbólico de dignitas auctoritas… otro simulacro). Por otro lado, lo que considero es que, como decía Bob Pop, “España es de derechas”. Pero, ¿cómo?

Tal vez las únicas opciones que se tienen de la derecha sean efectivamente las únicas opciones que se tienen de la derecha. ¿Cabe la posibilidad de que haya una derecha liberal o efectivamente conservadora? Lo que vemos por los medios de comunicación no es más que un conglomerado de empresas reunidas que tienen por objetivo dominar las instituciones para regularlas al gusto de las élites que representan. La historia de naranjito puesto por el Ibex 35 como un “Podemos de derechas” ya la sabemos, entre otras muchas perogrulladas.

El estado de derecho que anuncia Sumar, por ejemplo, busca blindar no solo una serie de ajustes legislativos sino asegurar una constante democrática (obviamente esto es pura hipótesis, luego hablarán los hechos). En cambio, el estado de derechas se convierte en su peor pesadilla: devenir ideología. Ello los llevaría a alejarse de esa “cruda realidad” de la que tanto presumen conocer y entrar en el plano de las ideas, de la planificación, de las estrategias para, efectivamente, ejercer su carácter de prudencia frente a la experimentación, lo nuevo, lo distinto, los cambios sociales, etc. Todo eso que dice Feijóo querer derogar.

Pero, yo les pregunto, ¿no es acaso más conservadora y prudente la posición de Sumar que la de PP-Vox? ¿No apela Sumar al cumplimiento de lo estipulado en la constitución? ¿Qué hacen PP-Vox cuando se la ponen delante? Verano azul, “trancas y barrancas”, horas televisadas inflando fantasmas, hablando a las paredes y mandando al paredón, un proyecto político para cada día del año...

El estado de derecho, el proyecto moderno e ilustrado, y sus desarrollos hasta cierta democracia radical futura, no solo contempla una progresiva ampliación de horizontes legislativos acorde a la cada vez más compleja ciudadanía, sino que, a pesar de las resistencias de cierto Conservadurismo® propagador del miedo a lo diferente (estructura estructurante xenofóbica) conserva la necesaria entropía y mutabilidad de la cultura como fenómeno primordial por el cual generar una base fundamental que sostenga a sus productores: la vida en común.

El verano no solo es azul y verde, hay una complejidad cromática que señala el estadio en el que nos hallamos y los desafíos a los que se apunta. Tendría que llegar el día en el que lo importante ya no sean los colores sino el jodido calor que hace. La “playa azul” de Madrid, es un desierto.  


Juan Iturraspe, 07/07/23