Manifiesto Fascismo/s

Sobre fascismos, extremas derechas y discurso político

“Sucedió, por lo tanto, puede volver a suceder: éste es el núcleo de lo que debemos decir. Puede suceder, y puede suceder en cualquier lugar.” Con esta parábola histórica describía Primo Levi el sentido ético-político que tendría relatar el Holocausto, y los regímenes fascistas que lo hicieron posible, en el mundo contemporáneo. Sin ser partícipes de la idea de que la historia se repita, somos no obstante conscientes de la importancia que tienen en los procesos sociales, los comportamientos y las mentalidades, los significados, marcos y formas políticas del pasado. Noventa años después de la toma del poder (Machtergreifung) por parte de los nazis en Alemania, o de la fundación de Falange Española, consideramos pertinente repasar algunos de los momentos de irrupción social de discursos - que, como expondremos, identificamos ampliamente como fascistas - capaces de conformar sentidos de realidad usualmente asentados sobre una lógica binaria y excluyente, una autodefinición unitaria y orgánica, y un estilo político paranoide.

Siendo el objeto de nuestras investigaciones el fascismo y cómo éste se filtra como discurso político consideramos que un gesto prudente sería plantear ciertas nociones epistemológicas para que esta propuesta tenga una cierta línea resonante en cada texto. Dicho con otras palabras, ¿de qué hablamos cuando hablamos de fascismo? Y, ¿qué impacto buscamos con este libro?

La primera de estas preguntas busca ubicar el significante fascismo. Nos preguntamos por cuál es su lugar (o lugares) de enunciación y cuáles han venido siendo sus enunciados. También pensar el mismo fascismo como un proceso temporal, es decir, cuando el significante ‘fascismo’ emerge y empieza a generar significaciones, esto tiene una duración, la cual permite dar cuenta de cierta lógica que permite su articulación y diseminación. El problema está en saber cómo accedemos a esta lógica, ya sea a través de relatos históricos, publicaciones en medios de comunicación, perfiles psicológicos, análisis discursivos, descripciones fenoménicas y/o atmosféricas…

No consideramos que la cuestión gire en torno a saber qué es el fascismo, sino cómo y cuándo se ha dado, permitiéndonos emplear dicho término para describir su aparición. Obviamente ese qué está de fondo, pero su forma variará dependiendo de los particularismos que el mismo evento escribe, de ahí que no hablemos de fascismo sino de fascismos.

Nos gustaría también remarcar que dichos fascismos, al igual que otras agrupaciones sociales, están construidas socialmente, es decir, no son esenciales o naturales, ni tampoco están determinadas por una serie de configuraciones cerebrales o genéticas sino, como apuntábamos más arriba, se configuran ontológicamente como un proceso de inscripción itinerante. Es por ello que consideramos el ejercicio de poder como fundamental formante de agrupaciones. Serán las dinámicas de poder y organización del mismo lo que permitirá dar cuenta de los diferentes fascismos y su filtración en los discursos políticos.

Por otro lado, conviene mencionar que por discurso político no solo nos referimos a lo televisado sino, volviendo a la cuestión del poder, cómo se materializan diferentes lugares de poder por estas agrupaciones. Por ende, cuando hablamos de discurso político nos referimos al modo en el que se distorsiona o pervierte la realidad política a favor de los fascismos y el sostén que se coagula en agrupaciones sociales.

Cabría también definir a qué nos referimos con poder y su ejercicio para dar cuenta de los procesos de inscripción itinerante de los clústeres o grupos sociales fascistas, ya que en esa misma aplicación de fuerza quedan manifiestas las resistencias ante otros procesos en curso. Por ‘poder’ comprendemos la inscripción de un proceso, desde la más mínima diferencia, con respecto a los procesos en curso, ya sea en oposición a estos (republicanos) o por la conquista de otros (medios de producción). Dicho con otras palabras, y siguiendo a Deleuze y Guattari, no solo se manifiesta a nivel molar (partido, estructura jurídica, gobierno, policía, élite económica, medios de comunicación, etc.) sino molecular o micropolítico (en nuestra cotidianeidad, el modo en que nos relacionamos con los demás, etc.). Aún así, no cesan de ser procesos instituyentes que están en mayor o menor medida sujetos a una repetición incesante frente la emergencia de una diferencia que pone en peligro la misma iteración.

Asimismo, los diferentes fascismos comprendidos como procesos producen a su vez otros procesos, que también al chocar con otras clases sociales pueden surgir nuevas agrupaciones (véase en la transición cómo se pasó de la dictadura franquista a un sistema democrático representativo conservando aun así la corona e impidiendo la emergencia de una república u otra forma de gobierno).

De este modo, y aquí el viraje de un libro coordinado enfocado en meras descripciones a uno propositivo, lo que defina cada uno de los fascismos sobre los que escribiremos serán no tanto en referencia a un qué, una conceptualización del fascismo, hipóstasis o descripción del universal-fascismo, sino como vector o línea de fuga producida en lo social como respuesta al resto de clases o grupos sociales en devenir. De ahí que antes dijéramos que lo relevante no es el qué sino el cuándo y cómo, puesto que el fascismo diferirá de la usual categorización ideológica por una disposición procesual y ejercicio de poder efectivo. Por aclararlo con una imagen, serán estudios de campo dirigidos no solo a vislumbrar procesos fascistas sino al modo en el que mediante dispositivos (de captura, de desterritorialización-reterritorialización, producción, codificación, etc.) inscriptos en la cotidianeidad ellos operan y se diseminan.

En resumidas cuentas, la perspectiva que venimos a señalar es comprender los fascismos como erupciones en el campo social que conforman cambios estructurales en el mismo conservando en sí una lógica compleja debido a sus múltiples emergencias históricas y resonancias presentes en grupos sociales (manifestación en el Valle de los Caídos ante la exhumación del cuerpo de Primo de Rivera, fabricación de bulos y difusión prime time, etc.).

Si por título hemos escogido fascismos se debe al hecho de que cada uno de lxs presentes en este libro aportarán una aproximación ilustrativa a fenómenos semejantes en sus diferentes manifestaciones en grupos sociales y las entidades que lo componen (personas, asociaciones, símbolos, apariciones públicas, etc.). Dicho con otras palabras, no solo habrá una diferencia epistemológica sino de sus manifestaciones, objeto de análisis.


Equipo editorial Metaxis, 08/04/24