Mentirosos, a la hoguera


Dijo el líder de la oposición el otro día que a él le preocupa mucho que sus enunciados sean verdad, puesto que, de ser mentira, él sería un mentiroso y eso le convertiría en un sanchista más. A estas alturas de la vida, todos habremos montado ya el típico pollo de celos para desviar la atención por volver con el pelo mojado del cine con las amigas. Así que no nos sorprende.

 

El cara a cara entre el presidente del gobierno y el líder de la oposición fue como un programa de la Isla de las Tentaciones sin hoguera. Dejando que el infiel se regodease en respetabilidad ante la audiencia y dando rienda suelta a una luz de gas que nos dejaba como a los ciervos deslumbrados, expuestos en el arcén.

 

A quien se apuntó a la trama a mitad de temporada se le podrían pasar los detalles, pero hay quien ha seguido la carrera del líder de la oposición desde que era un tronista que se citaba en la lancha de su colega el narco.

 

También hay una parte de la audiencia que recuerda al Presidente del Gobierno entre los diputados del artículo 135, su afición a los calçots y a los pintxos, y no le perdonan que tenga el mal gusto de ponerse gafas de sol dentro del Falcón. Una cosa es ser guapo y otra estar recordándole a todo el mundo que te queda bien cualquier cosita que te pongas, hasta un jersey amarillo.

 

El debate a 7 fue como esa quedada de colegas después de que tus amigos que eran pareja se hayan dejado. Entre los siete estaban las típicas facciones que, conociendo la agenda de uno y lo que le habían contado del otro, defendían a su colega y le daban la coartada necesaria para que el solape entre el recurso saliente y el entrante no fuese evidente. También estaban los típicos que son colegas más entre ellos que de la pareja y pueden hacerle un traje a cualquiera desde una superioridad moral sonrojante, porque son lo suficientemente inteligentes como para solo liarla en las fiestas de su pueblo.

 

Puede ser, que quienes le prestaron la cobertura necesaria al líder de la oposición como para que los cargos del hotel no levantasen sospechas se hayan dado cuenta de que con quien sube a la habitación es con sus parejas. Y una cosa es que te rías del Presidente del Gobierno delante de toda España, ¡pero hasta aquí podríamos llegar si tenemos que contar que revalorizaste las pensiones mientras le teníamos que ayudar a tus suegros a llenar la nevera porque tú te lo gastabas todo en copas!

 

En cualquier caso, parece que esta última semana los amigos se han cansado de capear cornadas advirtiendo que la audiencia fuera de España se pondrá el traje de luces y llevará un taquígrafo como estoque. Aún advirtiendo que las fechorías de uno se llevan exagerado cinco años y las del otro hace tres décadas que se subestiman. Se ha encendido la hoguera, ¡Hay más imágenes para ti!, y es mejor que las veas ahora, cuando calienta la llama y crepita hasta el eco, ya nadie quiere poner la mano en el fuego.



Aida dos Santos, 18/07/23