ANEXO al Número VI

V/MMXXIV - Precariedad y Vulnerabilidad 

Pretexto al Anexo


Han sido días complicados dentro de la organización Metaxis. Nos han acosado enfermedades, dificultades laborales, amistades que requerían nuestra presencia, lidiar con los entresijos de nuestra primera publicación editorial, entre otros contratiempos que han dejado de nosot_s lo que en esta breve presentación expondremos.

Al publicar el último número dedicado a “Precariedad y Vulnerabilidad” nos llamaron la atención dos de nuestros colaboradores para esta edición. Nos habíamos olvidado de sus escritos, y en el mismo momento en el que recibimos la notificación, se nos cayó un balde de agua fría.

Mientras toda una serie procesos requerían de nuestra atención, algo más se sumó, no sin su correspondiente decepción. En el momento en el que manifestamos hallarnos en una situación de vulnerabilidad, las cosas parecieron estabilizarse. La comprensión ante una situación paupérrima permitió establecer lazos desde otro lugar que no la enconada primacía de la rabia. Pareciera que desde la vulnerabilidad no pudiese caber maldad alguna por la falta de fuerzas. Pero desde la precariedad, desde la falta de representación, del olvido, del descuido, pareciera que las posibilidades de ejercer voluntariamente el mal crezcan exponencialmente. La traición en estos lugares comunes pasa a menudo pero ¿es efectivamente una traición? Recordamos a tod_s aquell_s que tuvieron que emigrar porque la situación en sus países eran cada vez más insostenibles. Mientras aquell_s que aguantan lo que les echen consideran a aquell_s un_s tránsfugas. ¿Realmente lo son? ¿Ha dónde nos lleva el desgaste en un país que ya no funciona y que tritura las almas hasta tal punto que ya se hacen indistinguibles con el fondo lleno de escombros? ¿Y si el fondo hablase? ¿Y si se negasen a seguir participando o incluso destituirse hacia otros parapetos donde reina la autonomía y la cooperación? 

Sea como fuere, aquí estamos. Aun siendo tarde y todavía atravesados por dolencias adelantamos lo que en su día queríamos publicar como anexo. De ahí que no solo incluyamos la reseña de Ilustre Lacustre y el artículo de la Asociación Adocista Ziryab, ambos de gran envergadura teórico-práctica y de profusa reflexión en torno a cierta parasitación socialista contemporánea y la apertura disidente que supone cocinar para nuestras comunidades, hallen dos artículos originalmente compuestos en catalán cuya traducción publicamos en el número VII, escritos por Roger Puig y Helena Flò.

Suponemos que la parresia con la que decantamos nuestras palabras manifieste con más claridad el lugar paradójico en el que nos encontramos. De hecho, nuestro nombre indica la confluencia heterogénea de diversos lineamientos teóricos y políticos con los que vamos atajando los acontecimientos que emergen a nuestro alrededor. Ya sea la lengua hablada, el cariño y esfuerzo empleado para transmitir una urgencia, algo que decir, comunicar, rabia e impotencia que expresar, decires que aplastan y asfixian, merecen su señalamiento, su atestiguación en la corriente de información discursiva en la que se han convertido las redes sociales. Es por ello que, aun fuera del tiempo (necesariamente), se hace justicia. La irrupción de una temporalidad vivenciada distintamente atraviesa cada uno de los escritos aquí presentes. La habitabilidad de dichos espacios comunes resiste a su tránsito acelerado, apresurado, irreflexivo y altamente idealista, y respeta el despliegue del mismo, cuidándolo con lo mejor que tiene a su abasto: atención.

Atención al dolor, a la violencia, al ostracismo, genocidio… a la precariedad y la vulnerabilidad. A fin de cuentas. Ante la ecología de un sentir mediado por instituciones sordas y cómplices, donde la producción enfocada de la ciudadanía dirige los horizontes hacia su propio cataclismo antropófago, cronófago e inhumano, aparecemos nosotr_s. Allí no nos encontrarán más que desfigurados e inútiles. Solo tendrán de nosotr_s una parte sumamente ridícula del potencial que habita los márgenes del requisito, de la demanda, de la conveniente tristeza y temor generalizados. En cambio, darnos al encuentro propiciando agenciamientos de enunciación colectiva como pretenden esta y otras tantas plataformas insiste justamente en existencias que no gozan de libertad en las calles, en el trabajo, en relaciones, dentro del seno familiar, entre sus amistades…

Siguiendo con la tónica del número presentado hace unas semanas y a la luz de los últimos eventos sucedidos, reconocemos la vulnerabilidad no sólo del pueblo palestino que hace ya décadas viene sufriendo el acoso sionista sino a tod_s aquell_s que en países desarrollados, mostrando su apoyo, han sufrido las vejaciones y violencia por parte de las autoridades en colaboración con organizaciones de machacas pro-israel. Jóvenes y trabajador_s que acampan y okupan rectorados y partes del campus universitario, tienen todo nuestro apoyo.

Hasta que nos volvamos a encontrar. Cuidaos mucho.